Como introducción al sendero os describiremos su localización y morfología, para que os hagais una idea del lugar en el que se encuentra, así como su flora y fauna.
Este Parque Natural abarca la gran parte del macizo montañoso que va desde el río Puente de Piedra en Alcaucín (Málaga), hasta la carretera de la cabra montés en Otívar (Granada). Aquí se incluyen una alineación continuada de escarpes rocosos que constituyen la altura más prominente de la geografía sureña hasta la costa portuguesa. Con sus 2.068 m. de altitud, el pico Maroma no encuentra rival, siendo la atalaya dominante hacia el poniente con espectaculares panorámicas sobre las dos orillas del Mediterráneo.
Entre sus valores naturales, casi todo es destacable. La geomorfología es impactante, dominada por empinadas laderas, agudas crestas y profundos barrancos. Otra consecuencia de la componente geológica reside en la cobertura vegetal del terreno. Las arenas dolomíticas son excesivamente permeables, reteniendo escasamente el agua de precipitación. Esto, unido a ciertos componentes minerales, como el magnesio, van a generar un paisaje vegetal igualmente singular en el que abundan las especies raras o endémicas. Como elementos geológicos singulares, es de destacar la cueva de Nerja, declarada monumento nacional, u otras de menor entidad como la Sima de la Maroma o la Cueva de la Fájara en Canillas de Aceituno.
La flora es otro de sus valores relevantes, tal vez el más aparente. Junto al papel decisivo de la litología, influye también en su vegetación la proximidad marina y la orientación del macizo en dirección SE - NW. Esta amalgama de factores genera una gran diversidad que se muestra en la vida vegetal con formaciones singulares, características de la cuenca mediterránea y en ocasiones de requerimientos opuestos entre sí.
Dominan los pinares, asentados sobre las blancas arenas que genera la descomposición de los mármoles. Así, es posible el desarrollo del pino carrasco hasta el pino silvestre, de requerimientos muy dispares, pasando por el piñonero, el negral o el salgareño e incluso el insigne, procedente de repoblaciones experimentales en otro tiempo. Asimismo, entre árboles y arbustos, el rango va desde el palmito, el cambrón, el bayón, revientacabras o boj característicos de las proximidades litorales, hasta el mostajo, durillo y durillo dulce, cenizo, rebollo o aza que habitan las umbrías y altas cumbres.
Existe una pequeña tejeda, reliquia singular de la que en otro tiempo debió poblar la sierra en tal manera que llegó a darle nombre y cuyo principal valor reside en ser la más meridional de la Península Ibérica y una de las mejores del territorio andaluz.
En relación con la fauna, su principal importancia radica en la extensión longitudinal del macizo, poniendo en conexión las sierras malagueñas con la vecina Sierra Nevada y actuando como pieza importante en la dorsal que forman las montañas béticas y que ponen en conexión el campo de Gibraltar con el Levante peninsular. Un claro ejemplo de este efecto corredor, ha sido la reciente colonización del territorio por parte de la ardilla común, estableciéndose en menos de tres años de uno a otro extremo en estas sierras.
En este pequeño mundo de árboles y roquedos, es de destacar su avifauna. Es notable la presencia de grandes águilas (A. real, perdicera, calzada y culebrera), halcón peregrino y azor, chotacabras, aves forestales como los picos y las aves de montaña, destacando las collalbas (collalba negra, gris y rubia), el roquero rojo, el roquero solitario y el acentor alpino.
Pero sin duda, el animal más conocido en estas sierras, es la cabra montés. Para el caso concreto de Tejeda-Almijara, la regulación cinegética de esta especie bajo la figura de Reserva Nacional de Caza ha permitido que la exigua población existente en un principio se haya multiplicado por diez en un plazo de veinticinco años, con unos 1.500 animales solamente en la vertiente malagueña del macizo. Esta misma gestión ha logrado mantener la zona libre de la epidemia de sarna sarcóptica que ha puesto en peligro a otros núcleos de población más o menos próximos. De este modo, las sierras Tejeda y Almijara se mantienen como uno de los enclaves más importantes de España para esta especie emblemática de nuestras serranías.
Su carácter marginal ha favorecido la conservación de su paisaje, su arquitectura tradicional y de sus valores naturales. Si el valor del Parque como Natural se encuentra en los roquedos y barrancos, en sus pueblos se encierra una fantástica herencia histórica con olor morisco y mudéjar, con relumbrantes fachadas de cal y retorcidos arcos, escalinatas y torreones de ladrillo mozárabe, donde las noches huelen a azahar y jazmín. En este aspecto son de destacar los pueblos de Alhama de Granada, Salares y Frigiliana.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Tenemos la gran suerte de acompañar a la Sociedad Excursionista de Málaga, en esta ruta tan singular y atractiva, en nuestro propio grupo contamos con la presencia de Jesús de Periana, , así como Salva de Riogordo, incansables amantes de la naturaleza, y dos miembros de Cortijo Las Monjas, Almudena ( mi hermana ) y un servidor.
Salva y yo mismo, tenemos desde hace relativamente poco tiempo una nueva afición casi adictiva que es estudiar la flora y fauna de los entornos naturales en los cuales nos encontramos, así que este era el escenario ideal y perfecto para investigar e intentar reconocer una inmensa variedad de plantas, arbustos y árboles de este lugar, que por cierto en esta época la mayoría se encuentran en flor.
Y allí que estabamos en la carretera de la Cabra Montés que sube desde Almuñecar, pasando por Otivar en dirección a la comarca de Alhama de Granada (Granada), en un rellano de la carretera aparcamos los coches, a unos 4 km. del mirador de la carretera de la cabra montés. Comenzamos nuestro sendero cuando llegamos al Collado de los Chortales, prácticamente al pie de unos riscos conocidos como "Pollos del Pescado", siguiendo el sendero del Cerro de Martos, que nos ofrece unas vistas de la Sierra Almijara espléndidas, hasta llegar a la Cascada de los Árboles Petrificados, entre el Barranco de los Chortales y el Barranco de las Chorreras y siempre en dirección al comienzo del Barranco de Río Verde.
Al llegar a la cascada de los árboles petrificados la cual la hemos estado observando mientras nos acercabamos, en el descenso de unas escaleras escavadas en la piedra, las cuales nos ofrecen un pasamanos para salvar el desnivel, debido a que algunos de estos escalones paracen hechos para gigantes, nos adentramos en una Cueva denominada Cueva de Funes, junto a esta cascada, la cual nos ofrece unas preciosas estalagmitas y estalactitas formadas por la incesante actividad kárstica contínua, característica del lugar en el que nos encontramos, gran cantidad de agua y formas caprichosas que nos dejan con un buen "sabor de boca".
En la cascada realizamos infinidad de fotografías pues el lugar lo merece, habiendo leído en algún lugar, el cual no recuerdo en este momento, que el nombre de la Cascada de los Árboles Petrificados o Chorrera de los palos, se debe a la actividad maderera que hace unos 100 años utilizaban el río como medio de transporte para llevar los troncos cortados desde la sierra al aserradero de Cázulas, río abajo. Quedándose algunos árboles empotrados en el salto de agua mineralizandose por la toba caliza del agua.
Discurriendo por la senda, hacia el Barranco de las Chorreras a la izquierda, nos encontramos con la Cascada de los Tres Saltos, que nos deja fascinados, por la gran cantidad de agua que discurre por ella, pudiendo observar como de esta Sierra, es rica en este preciado elemento.
Desde aquí llegamos a la cabecera de comienzo para los barranquistas del Cañón o Barranco de Río Verde, por el cual acompañaremos en una senda o camino paralelo al cañón en todo momento hasta llegar a la denominada Y del Cañón, sitio que cada vez que lo veo me deja estasiado por su belleza, y me recuerda que en breve realizaremos una actividad para poder disfrutar del Descenso de este Río. Ni que decir tiene el por qué del nombre de Río Verde, observar su color, verde esmeralda.
El descenso desde este punto lo realizamos junto a las aguas que fluyen con gran fuerza todavía, debido al gran invierno de agua que hemos tenido.
La próxima parada se realiza en esta antigua cueva o cavidad que nos deja vislumbrar lo que fue un paso de agua importante y lo que un día hace ya bastantes decenas de años estuvo bajo tierra.
Nos encontramos durante el trayecto, varios puentes colgantes destrozados, por el temporal del pasado invierno de 2.007 de los cuales destruyó 3 de los 5 que se encuentraban en uso.
Hacemos una parada en este mirador que nos da una visión general del barranco por el cual hemos venido y de las montañas y cortados que forman este singular paraje.
Proseguimos nuestra marcha tras la breve parada y realizar las fotografías de rigor, buscando nuestro descenso hacia el río siempre acompañándolo en su margen izquierda hasta llegar a atravesar el último puente colgante de la ruta, para proseguir junto al río alternando entre ambos márgenes, para buscar la ruta más cómoda.
En este trayecto podemos disfrutar con la presencia de barranquistas que se deleitan en las pozas y saltos que les ofrece el río en su descenso.
Tras varios minutos de marcha llegamos a otra presa, víctima como muestran las fotografías de la gran arriada que le ha provocado daños irreparables en la crecida de los ríos que convergen en este tramo, debido a las lluvias del último invierno. Podeis apreciar con la altura de las personas del grupo, la erosión realizada en el terreno en este sector del cauce, ha tenido que ser tremendo y todo un espectáculo, poder ver el río bajar con gran intensidad, aunque hay que advertir también que tuvo que ser un poco peligroso acercarse en época de crecidas para ver este espectáculo como demostraban algunas de las personas que nos acompañaban.
Desde este punto accedemos al carril que nos llevará en un principio llaneando y posteriormente en subida hasta la meta de esta ruta, siendo la entrada al carril perteneciente a la Cooperatica de Cázulas, desde la Carretera de la Cabra Montes. Hay que destacar que este último trayecto también goza de un atractivo singular, por la belleza de sus paisajes, aguas cristalinas, la formación de las rocas erosionadas por el río en el transcurso de los años, fauna (vimos una cabra montés, quieta, observándonos, quieta, tranquila por la distancia que nos separaba. En definitiva y como comentaba anteriormente un espectáculo para la vista.
Para finalizar quisiera reseñar y criticar, la acción de "Domingueros" que con intención de pasar un día en la Sierra y hacer uso del río como modo de diversión, deján sus porquerías a "diestro y siniestro", en aquello que debemos conservar como un regalo o legado que ha llegado a nuestros días. Desde aquí hacemos un llamamiento para que TODOS, seamos más respònsables con el medio, disfrutándolo, viviéndolo, sintiéndolo, aprendiendo pero en todo momento dejándolo tal y como lo encontramos, en definitiva, RESPETO para poder hacer uso del mismo sin tener que avergonzarnos de los actos de aquellos que nos les importa o entienden aquello, que se nos ofrece de una forma gratuita y desinteresada. CUIDEMOS NUESTRO ENTORNO.
Copyright: Derechos reservados Cortijo Las Monjas
Fotografía: José Ignacio Martín Torregrosa
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